miércoles, 7 de abril de 2010

Presentación 2010




ESCUELA DE PADRES
Colegio “Santa Bárbara”
San Martín 1051 – Tel. 4223009 .


“La familia es el primer espacio educativo por excelencia y el ámbito natural del amor. Pero para que sea una realidad concreta será necesario que los padres eduquen a sus hijos para convivir en la verdad y crecer juntos en el amor.”
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El Colegio enseña, las familias educan


Esta frase de Sergio Sinay llama la atención sobre la responsabilidad indelegable que tienen los padres de educar a sus hijos.
El Colegio al que asistan debería ser un compañero de ruta a cargo de la enseñanza intelectual, porque los verdaderos maestros de vida de los hijos son sus padres. Los maestros escolares asisten en aquellas tareas que escapan a la especificidad de lo familiar.
A los padres les compete la educación desde lo físico, lo psicológico, lo social, lo espiritual. Esto requiere de ellos una actitud frente a esta responsabilidad. Es la familia el único ambiente que puede ofrecer amor incondicional, intimidad y suficiente contacto para un correcto desarrollo de estas potencialidades.

DELEGAR LO DELEGABLE

La familia necesita de otros sistemas que le provean de servicios y objetos que le permitan concentrar su energía en sus funciones indelegables. El desarrollo de las potencialidades intelectuales de los hijos excede a la familia. Enseñar a los adultos del mañana requiere de maestros expertos en su área. El tiempo que le llevaría a una madre o a un padre adquirir esos conocimientos e impartirlos evitaría que se dedique a lo primordial de la educación, que no reside en materias, números o fórmulas.

UNA DANZA DELICADA

Los padres eligen el colegio para sus hijos. ¿Cómo hacerlo bien? Lo primero sería aclarar la escala de valores de los padres para saber qué buscan en materia de educación de sus chicos.
No menos importante es el conocimiento de su hijo o hija. La educación es un proceso individual. No todas las personas aprenden de la misma manera, al mismo tiempo. Conocer cómo aprende un hijo es la piedra angular para ver qué tipo de enseñanza va mejor con él.
Pero esto no significa que la responsabilidad de los padres en el plano intelectual acaba cuando el hijo entra en el colegio. Se vuelve una misión lograr un clima familiar que favorezca el estudio y la lectura, porque la mente humana necesita concentrarse para poder asimilar conceptos. Y esto cobra especial relevancia en una era de estimulación permanente que dispersa a las personas, y más fuertemente a niños y niñas en formación. Se debe entender a la educación como un proceso, y prestar atención al avance más que a los resultados. Si los padres atan el rendimiento intelectual de sus hijos a notas escolares, les están coartando la riqueza que encierra el amor por aprender. ¿Cómo pueden los padres participar adecuadamente en la vida escolar de sus hijos? Algunas ideas son avanzar en su propia educación; leer, interiorizarse en el día a día escolar de sus hijos, guardar sus diferencias con maestros y no transmitirlas a sus hijos para favorecer un clima de confianza; hacerse de tiempo para asistir a reuniones y actos escolares.

PADRES RESPONSABLES SE BUSCAN

El mundo actual plantea nuevos desafíos a padres y colegios. Reclama una educación que favorezca la auto reflexión. Los niños necesitan saber analizar información y llegar a conclusiones propias. Desde lo familiar será oportuno educar a los hijos para que enfrenten esta realidad imprevisible y sepan evaluar, criticar y tomar sus decisiones de acuerdo con ese compás interno de valores que se desarrolló en casa.
Tiempos difíciles exigen padres responsables. “Heroicos”, diría la autora americana Elisa Medhus. Hay que ser conscientes de que los padres educan, mientras los colegios enseñan. Ser capaces de delegar lo delegable, y nada más.

María Victoria Novaro

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